Hermano cuerpo, estás cansado
desde el cerebro a la misericordia,
del paladar al valle del deseo.
Cuando me dices: Alma ayudamé,
siento que me conmueves hasta el agobio,
que el mismisimo aire se hace vulnerable.
Hermano cuerpo has trabajado,
a músculo y estómago,
a nervios y riñones.
Cuando me dices: Alma ayudamé,
se que estas condenado,
eres materia...Y la materia tiende a desfibrarse.
Hermano cuerpo, te conozco
fuí huésped y anfitrión de tus dolores,
modesta rampa de tu sexo ávido.
Cuando me dices: Alma ayudamé,
siento que el frio me envilece,
se me van la mágia, y la dulzura.
Hermano cuerpo eres fugaz,
efímero, instantaneo,
tras un jadeo...Acabarás inmovil.
Yyo, que normalmente soy vida,
me quedaré abrazada a tus huesitos
incapaz de ser Alma...¡ Sin tus visceras !
El Alma de Venus...( De mi antiguo blog, 21 gramos de Alma )
2 comentarios:
a veces siento que mi cuerpo deja de ser hermano para convertirse apenas en un ajeno de mi alma que busca siempre seguir siendo joven a pesar del tiempo...
Me quedo reflexionando!
un abrazo.
Debe haber algun problema con tu entrada de este jueves, por más que busco no la encuentro. Avísame cuando esté publicada para poner el enlace en mi blog, ¿vale? No lo he hecho antes por eso. Un beso.
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